La semana pasada, un grupo de 14 disidentes cubanos exiliados que viven en Estados Unidos envió una carta al gobierno estadounidense y a varios miembros del Congreso, instando a los funcionarios a ayudarles a obtener un estatus legal en el país. Algunos dijeron que temían ser deportados.
Entre los disidentes se encuentra el cantante de rap Eliexer Márquez Duany. Conocido como El Funky, Márquez es uno de los autores de "Patria y Vida", una canción que se convirtió en un himno para muchos manifestantes en Cuba que salieron a la calle en las emblemáticas manifestaciones de julio de 2021 que el gobierno cubano reprimió duramente.
La canción, que modifica el lema del gobierno cubano "Patria o Muerte", obtuvo el reconocimiento mundial y una feroz represalia en Cuba. Mientras que Márquez consiguió salir de Cuba, dos de los otros autores de la canción, Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo Pérez, cumplen respectivamente condenas de cinco y nueve años en Cuba, tras procesos judiciales que violaron sus derechos a la libertad de expresión y asociación.
En abril de 2025, Márquez dijo que las autoridades estadounidenses le denegaron la residencia permanente y le ordenaron que abandonara el país dentro de los siguientes 33 días. Dijo a Human Rights Watch que regresar a Cuba sería "suicida".
Otros disidentes que firmaron la carta son el periodista Lázaro Yuri Valle Roca y la defensora de los derechos humanos Eralidis Frómeta. A ambos se les concedió un plazo de 26 días para abandonar Estados Unidos tras la cancelación por parte de la administración Trump de un programa de parole humanitario para nacionales de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití.
Valle Roca fue encarcelado en Cuba en 2021 tras publicar un vídeo en el que se veían panfletos prodemocráticos lanzados desde un edificio de la capital. Dice que fue golpeado y puesto en confinamiento solitario.
Muchos otros disidentes cubanos, incluidos periodistas, artistas y académicos, afirman que sus procesos migratorios siguen estancados y que enfrentan el riesgo de ser deportados o detenidos debido a su situación legal.
El gobierno estadounidense debería dar a los cubanos y a todos los demás que temen ser perseguidos en su país de origen una oportunidad justa de solicitar asilo en Estados Unidos. No deberían ser deportados a países como Cuba si allí corren el riesgo de sufrir abusos.
El Secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, debería entender esta situación perfectamente.